Una historia con mucha emoción: la pandemia lo alejó de sus estudios pero su pasión siguió encendida.

Le gusta estudiar y también enseñar. De joven preparó a chicas y chicos en matemáticas, una materia que conocía en profundidad porque se recibió de técnico químico.

Por la pandemia debió dejar sus estudios de música en la universidad. Está en situación de calle y acude a la Basílica Nuestra Señora de Lourdes a diario en busca de un plato de comida.

Con un grupo de personas de la iglesia que está en su misma situación, participó de una visita guiada al Museo Castagnino. Troncoso, en el medio de la recorrida, descubrió un piano y no dudó en levantar la tapa y demostrar la destreza que tiene en sus manos. Ante el asombro de todos interpretó una pieza de Mozart con gran facilidad dejando a todo el público maravillado por semejante actuación.

“Me llamaba la atención cuando alguien tocaba el teclado y me acercaba a mirarlo admirado porque no podía creer cómo lo hacía. Siempre me pareció algo inalcanzable”, cuenta Troncoso sobre su afición musical.

La noticia llegó rápidamente al personal de la UNR donde, de inmediato, se comunicaron con él y le ofrecieron una beca que significa una ayuda económica, viáticos, material de estudios y alimentos para este alumno aplicado que desde 2010 está inscripto en la carrera de Educación Musical.

“Lo que más me apasiona es el piano”, cuenta el hombre, que tiene una libreta de calificaciones impecable y desea volver al aula.