Lala Pasquinelli: “Ser mujer es aceptar un destino de humillación en nombre de la belleza”

Lala Pasquinelli presentó ayer en la Feria del Libro “La Estafa de la Feminidad. Cómo la belleza nos educa para ser sumisas”, que aborda el impacto de los mandatos sobre las mujeres. Durante una entrevista en Buena Mañana, la autora y activista feminista contó que la idea del libro surge “a partir de la experiencia de mi propio cuerpo. Ninguna de nosotras nos preguntamos si está bien ponerse a dieta o dejar de hacer algunas cosas que nos gustan a los 6 o 7 años”. 

“Cuando sabemos que la persona que va a nacer es niña se genera una expectativa familiar sobre cómo tiene que ser ese cuerpo. Ojalá que no se gorda, que sea blanquita, que no tenga la nariz del padre y esto tiene que ver con el rol social que tenemos que cumplir las mujeres que es básicamente ser agradables a la vista para ser elegidas”, analizó la escritora del libro.  

Pasquinelli, que el año pasado fue elegida por la BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo, explicó que estos condicionamientos que se imponen a las mujeres desde pequeñas tienen distintas consecuencias. Desde un vínculo poco sano con el propio cuerpo hasta el destino de tiempo y dinero para alcanzar los cánones de belleza.

Al titular la publicación con la “estafa”, la referente de Mujeres que no fueron tapa hace referencia a cuál es la promesa detrás de esa búsqueda de la belleza. “El objetivo es agradar para poder ser elegidas, formar una familia y ser felices el resto de la vida. La educación en la belleza tiene que ver con enseñarnos a tolerar altos niveles de violencia y humillación que normalizamos desde muy pequeñas (...). Obedecer esos mandatos no nos acerca a una vida digna. Nos cercena las posibilidades de expansión de lo humano. Esa es la gran estafa”, expresó. 

Y agregó: “Hoy a través de gestos de hábitos de prácticas nosotras podemos aprender un vínculo con nuestros cuerpos y una forma de existir en el mundo. Tenemos que aprender y entender que la ingenuidad, amabilidad y fragilidad implican belleza es también una estafa”.

La abogada anhela que el libro sea leído por madres de niñas y adolescentes para poder empezar a transformar el sistema patriarcal y apoyar a nuevas generaciones con otro vínculo con su cuerpo y su identidad. “La propuesta del libro es hackear el chip que nos produce sumisas y nos acostumbra a la violencia sobre nuestro cuerpo y nuestra psiquis”, afirmó Lala Pasquinelli. 

En esa línea convocó a sanar el vínculo de cada una con su propio cuerpo pero también a pensar qué mensajes se reproducen de generación en generación cuando una habla mal no del cuerpo ajeno sino del propio.

“Tenemos que hacer el trabajo de liberar nuestros cuerpos. Así como aprendimos la obediencia, el dolor y los consumos a partir de estos pequeños hábitos y gestos que se nos fueron inculcando; al mismo tiempo, hoy, a partir de hábitos y prácticas podemos aprender una forma de existir en el mundo que no sea la que dice que tenemos que ocupar poco lugar, que no tenemos que hablar, y que la amabilidad y la ingenuidad implican belleza. Todas esas cosas terminan siendo una trampa y eso también es una estafa”, cerró Lala Pasquinelli.