La Universidad Pública toma las calles II

La dirigencia sindical en este momento cumple un rol fundamental, siempre representa y se opone a las medidas que afectan a los trabajadores en general, en este caso no solo se ven afectados los trabajadores sino la institucionalidad. Por este motivo hablamos con Oscar Vallejos, secretario adjunto de CONADU Histórica, secretario general de ADUL, quién opinó “en principio ADUL entendemos claramente que las condiciones y las modalidades que el gobierno había asumido para enfrentar y conseguir las políticas de destrucción de las condiciones del estado de bienestar, y aquellas agencias estatales que se encargan de asegurar la soberanía entre ellas la universidad, los organismos de ciencia y tecnología, entre otros ameritaba sacar el conflicto a las calles porque el gobierno no estaba dialogando con nadie, no dialogaba con los gremios, no dialogaba con los rectores, tampoco con el estudiantado, eso nos llevó a plantear la idea de una marcha que fuimos conversando y construyendo después con los estudiantes a través de la FUA y después con los rectores a través de una conversación que tuvimos en el plenario del CIN, una vez que el CIN apoyó la convocatoria de la marcha, se convocó de forma nacional y todos los sectores hemos confluido en las diferentes plazas, en Buenos Aires fue imponente por el nivel de adhesión por la alegría que los jóvenes y los no tan jóvenes se expresaron y pudimos hacerlo a pesar del protocolo de Bullrich, de hecho el protocolo tuvo que ser levantado, la marcha expresaba la voluntad de la comunidad universitaria para defender la universidad que incluye cuatro puntos importantes que son el salario, el presupuesto, las becas para el sostenimiento de los estudiantes dentro de la universidad y para graduarse la libertad de cátedra en una de las críticas del gobierno en lo que ellos llaman adoctrinamiento que es una manera falsa de entender lo que ocurre con la educación”.

Referentes políticos

Buscamos dos referentes políticos con trayectoria en las universidades y defensa de la educación pública superior, quienes desde sus posiciones políticas han construido una trayectoria en la historia universitaria.

Luis “Changui” Caceres es un referente del radicalismo que ha dejado una marca indisoluble en las luchas políticas universitarias, sobre este conflicto nos comentó “es la lucha eterna por mantener y mejorar la universidad pública, gratuita con gobierno tripartito, actualmente con uno más a partir de la incorporación de los no docentes. Tres premios Nobeles salieron de esas universidades públicas.  De las casi 20.000 universidades que hay en el mundo, varias de las nuestras están entre las 100 mejores, grupo que encabeza la UBA, a las que se le suma la de La Plata, Córdoba, Rosario y otras. Financiar la educación de calidad y el desarrollo científico no constituye un gasto, es una inversión, absolutamente necesaria si queremos tener un mejor futuro. Hoy el magro presupuesto asignado, ni siquiera garantiza su funcionamiento durante el año. Extraño la época de un gran Presidente como Arturo Humberto Illia que llegó con 12 % del PBI al gobierno en 1963, lo llevó al 17% en 1964 y al 23% en 1965, con la promesa de ponerlo en el 25% antes de finalizar su mandato, que no pudo ser por el golpe de estado del 28 de Junio de 1966. Hoy, para los que estudian la historia, esos 2 años y ocho meses fueron la época de oro de la cultura, la ciencia y la educación en Argentina. Construyó 12500 centros de alfabetización, creación de escuelas rurales que no supieron cuidar, le hicieron los mismos estudiantes la vida imposible, junto con un movimiento obrero que no valoró la puesta en marcha del salario mínimo, vital y móvil. La participación de los trabajadores pasó del 36,5% del PBI al 41%, la desocupación bajó del 8,8% al 5,2%. El PBI creció el 10,3% en 1964 y el 9,2% en 1965, el salario creció entre 1963 al 64 el 9,6%. Legalizó los centros de estudiantes y los sindicatos, levantó las prescripciones al peronismo y al comunismo, dictó la Ley de medicamentos, anuló los contratos petroleros, pagó parte de la deuda externa y no existía corrupción alguna. Política internacional autónoma, sin aceptar injerencias y el único avance serio sobre la soberanía Argentina en las islas Malvinas y las del Atlántico sur con la Resolución 2065 de Naciones Unidas. Se cosecha lo que se siembra y se paga un precio cuando no se sabe defender lo que se tiene”.

Ricardo Terrile, es abogado constitucionalista y al ser consultado al respecto de la situación de las universidades opinó “estoy convencido que estamos asistiendo a un diseño cruel, inhumano, absolutamente inhumano, perverso, por parte del actual presidente. La cual es una postura absolutamente inédita, procura específicamente terminar con el parlamento en el sentido de que evita todo debate, evita toda actividad legislativa, impulsa decretos de necesidad y urgencia, posterga, demora sine die la composición y la conformación de comisión bicameral. Amenaza con abonar la misma partida presupuestaria del año pasado a las universidades argentinas, cuando él mismo reconoce el 220% de inflación es impensable que las universidades argentinas hoy puedan valerse del mismo presupuesto. En Rosario, por ejemplo, estamos reformando todo lo que es el edificio histórico de la facultad de derecho, que es el edificio de los viejos tribunales de 1920, con una tarea de reciclado impresionante. Los estudiantes están hacinados en aulas muy chicas, la universidad ha salido a alquilar algunos espacios y este personaje pretende que, con el mismo presupuesto del año pasado, nosotros podamos mantener a todas y cada una de las facultades, los sueldos universitarios, etc.

No es un problema de auditoría, estamos absolutamente convencidos de que es preciso una auditoría para que las autoridades que recién llegan al gobierno perciban precisamente cuales son los costos hoy de una universidad no arancelada. Es una universidad gratuita, no, no es gratuita la universidad porque para quienes no somos de Rosario o de Santa Fe que tienen sus facultades en sus ciudades, los que venimos del interior de la provincia, de Buenos Aires, o del interior de la provincia de Santa Fe, o del interior de la provincia de Córdoba etc. venir a estas ciudades a estudiar implica erogaciones, pensiones, comer, vestirse, los libros que tienen un valor incalculable.

Es incompresible que una novela, cualquier novela de Vargas Llosa, hoy cueste 16000 pesos y un libro de estudios que no es del mismo grosor del libro de Vargas Llosa valga 55000 pesos. Entonces, hay una perversidad de las editoriales que, también evidentemente, lucran con los libros de estudio no de la misma manera que lo hacen con las novelas.

Esta universidad nosotros decimos que no es gratuita, es no arancelada y es una marca registrada en la República Argentina, porque en Chile, Brasil, Uruguay, en Colombia, en España, en Italia, en Francia, que son todos lugares en donde yo como profesor titular de derecho constitucional, he dado clases, todas las facultades son aranceladas.

Ni hablar de Inglaterra o Estados Unidos, que desde que nacen los padres empiezan a ahorrar por lo que significa concretamente los costos de la universidad, o los préstamos que le conceden a los alumnos en Estados Unidos a devolver cuando se reciben.

Creo, insisto, que este es un sistema perverso cruel e inhumano, que tiene como propósito reemplazar las estructuras del poder en un marco federal en donde hay tres poderes del estado, pero fundamentalmente reemplazar al poder legislativo. Proponer en el poder jueces como Lijo que están sospechados, que son corruptos, que evidentemente no son honorables, ni tienen la incumbencia necesaria moral para ser ministro en la corte. Este gobierno pretende reemplazar todo eso, por las corporaciones, es un ajuste salvaje el que estamos transitando todos, jubilados, empleados, etc.

Básicamente la universidad es en todos los países del mundo una herramienta, un producto, en donde es el origen de la capacitación de la idoneidad y fundamentalmente del crecimiento de un país, sin memoria pero sobre todo sin inteligencia es imposible.

Nosotros los argentinos logramos con Irigoyen en su oportunidad cambiar las pautas de una universidad elitista, por lo que significó la reforma universitaria de 1918 y hemos enfrentados a las dictaduras de Ongania de Levingston, Lanusse, Videla, etc, con movimientos estudiantiles donde logramos la libertad de cátedra, no hay adoctrinamiento como dice Milei, hay libertad de cátedra y en definitiva existe la posibilidad que el estudiante elija el docente y la orientación económica, la orientación en el ámbito del derecho. Uno podrá elegir a uno u otro profesor de derecho penal según la escuela, yo doy derecho constitucional y en la cátedra estamos quienes concebimos a las convenciones internacionales como el pacto de San José de Costa Rica como válidas y otros dirán no, la supremacía es la Constitución y no la Corte Interamericana de justicia.

Hay libertad de cátedra, hay participación, hay, fundamentalmente, una ecuación que nosotros hemos sostenido desde siempre, que es jerarquizar a la universidad pública y lamentablemente asistimos a un gobierno donde, en vez de generar debates ricos, profundos, está en definitiva el insulto, el insulto permanente que no ayuda ni colabora con el debate.

Sintéticamente yo creo que el camino, en definitiva, es fundamentalmente convencer primero que nada a la ciudadanía, convencer de que la universidad pública es uno de las herramientas o productos que no se toca, no se puede tocar es algo fundamental, es parte de la vida política cultural, moral de un país; y creo que básicamente hay que convencer a la opinión pública que está convencida, en gran parte, fijate las manifestaciones maravillosas que hubo en distintas partes, y después llevar adelante el debate parlamentario y tratar en el debate parlamentario de convencer a muchos legisladores que hoy, evidentemente, adoptan una actitud negativa de que no es alternativa hoy igualar la educación, y arancelarla para sobrevivir.