La industria frigorífica santafesina sufre las consecuencias de la baja en el consumo de carne

Por Patricio Dobal

De acuerdo a datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados, el consumo de carne vacuna en el país cayó un 17,6% en el primer trimestre del año, una dinámica sustentada en las dificultades de los consumidores para afrontar los cortes. La impronta incluso repercutió en el consumo per cápita. De acuerdo a la misma entidad, el dato a marzo indicaba un consumo de 42,6 kg al año, hecho que significó una caída interanual del 18%.

En ese contexto la industria frigorífica santafesina, que emplea a poco más de 5.000 trabajadores, sufre las consecuencias en un panorama complicado ya por la falta de ganado para procesar.

“Son varios los factores que intervienen en la baja en la faena de las plantas frigoríficas de Santa Fe. Por un lado, el efecto directo de la caída del consumo que se explica básicamente en que la gente tiene serias dificultades para adquirir la carne que pone en su mesa y la reemplaza por otros alimentos. Pero también por situaciones heredadas de, por ejemplo, la sequía”, explicó Sergio Rodríguez, vicepresidente de la Cámara Santafesina de Frigoríficos (Cafrisa), en contacto con RTS Medios.

Es que el sistema de faena se vio severamente afectado por la caída en las retenciones de vientres el año pasado ante la falta de lluvias. “La sequía dejó lotes sin pastura y elevó el precio del alimento balanceado hecho que derivó en que el ganadero decidiera desprenderse rápido de sus cabezas. La situación es que el año pasado por el momento hubo mucha carne y ahora sufrimos las consecuencias de la casi nula retención de vientres”, expuso Rodríguez.

A dicha realidad se le suman otras variables. “Suponemos que el maíz seguirá escaseando atentos al impacto que esto pueda tener la chicharrita en el cultivo. Eso restringirá volumen de producción del grano que es fundamental en la dieta de los feedlots, y terminará por encarecer la alimentación de los rodeos”, expuso.

Capacidad ociosa

El panorama antes descrito repercuta en la actividad frigorífica. “Hoy estamos produciendo con hasta un 20% de capacidad ociosa razón por la cual no pocas plantas han decidido sacar un día de faena. Es decir hacen el desposte lunes y martes, saltando luego al jueves y viernes”, planteó, por su parte, Sebastián Bendayán, gerente de la Cafrisa.

Así el flujo de empleo en el sector también se complica. “Hay que aclarar que en el sector de la carne no hay suspensiones. En cambio se paga una ‘garantía horaria’ cuando hay baja producción. Es decir que el personal recibe un sueldo más acotado directamente vinculado a la cantidad de trabajo que hay en la planta. Pero nunca se llega a la suspensión, para asegurar así un ingreso mensual al personal”, añadió el representante.

Al bajo régimen de producción hay que sumarle la suba de costos clave como el de la energía. “A la merma en la faena hay que añadirle los costos de luz. Por caso, una planta frigorífica que procesa 5.000 cabezas venía de pagar al cierre del año pasado 4 millones de pesos, en marzo ese importe se duplicó a los 8 millones de pesos y ahora se espera que pase a abonar 12 millones de pesos, en un contexto de baja producción l situación se hace todavía más cuesta arriba”, aseguró Rodríguez.