Vivir lo suficiente para contarlo

En lo personal no tengo tantas expectativas, vivir los años suficientes en salud, armonía, equilibrio y paz creo que es lo importante. Mi tatarabuela Paula, vivió hasta los 114 años, vengo de una familia longeva, pero en realidad ¿uno quiere vivir tanto?

Me recuerda la frase: “Tiene más años que Matusalén”, quién según el antiguo testamento vivió hasta los 969 años, y Adam hasta los 930, del fin de esta longevidad, algunos encuentran explicación en la cólera de Dios que se materializó en el Diluvio y que alcanzó la edad de los hombres: ‘Que sus días sean ciento veinte años’.

El secreto de su longevidad, según él mismo Juan Vicente Pérez Mora, el venezolano fallecido recientemente a sus 114 años, según declaró al libro de récords mundiales, es “trabajar mucho, descansar en vacaciones, acostarse temprano, beber una copita de aguardiente todos los días, amar a Dios y llevarlo siempre en el corazón”.

Un músico cubano reconocido internacionalmente, Compay Segundo, decía que “toda persona debe tener una filosofía para vivir mejor: “Soy un estudioso de la vida, analizo detenidamente en la cama lo que hice cada día. Estudio las cosas y la gente, lo cual me evita caer en fallos. No espero en un rincón la muerte, ella tiene que perseguirme. Yo voy sacando candela, espero llegar a los 100 años y pedir prórroga, como hizo mi abuela”.

También supo declarar que el secreto de su longevidad era estar conservado en ron y tabaco, "para llegar a viejo hay que hacer de todo pero con moderación", aseguraba y decía que el secreto de la longevidad era "cuidarse del hastío". Desafortunadamente falleció a los 95 años, pero dejó un gran legado cultural. 

“El envejecimiento es un factor de riesgo común para varias enfermedades y afecciones crónicas", explica Paolo Garagnani, profesor asociado del Departamento de Medicina Experimental, Diagnóstica y Especializada de la Universidad de Bologna (UB) y primer autor del estudio sobre longevidad. 

Maria Branyas, que vive en una residencia de Olot (Girona), nació el 4 de marzo en 1907 y se ha convertido en la persona más longeva del mundo. A pesar de que su salud se vio afectada por el paso de los años, Maria cuenta con una gran memoria y no posee ninguna enfermedad ni dolores. 

Sí es cierto que la mujer no puede caminar por sí misma y utiliza una silla de ruedas, pero asegura que se siente casi perfecta. En mayo próximo, se convertiría en una de las 10 personas más longevas de la historia. La mujer reveló que su clave estrella es seguir una serie de recomendaciones, para hacerse dueña de su tranquilidad. Así, determinó alejarse de la gente tóxica, buscar la relajación y no hacer dieta, aunque sí hay un alimento que consume a diario: un yogurt.

Según afirmó David Sinclair, profesor de genética en la Facultad de Medicina de la institución: las personas mayores de edad que tienen una buena actitud en su vida tienden a vivir por más tiempo y con buen estado de salud, por sobre quienes niegan o tienen una mala actitud sobre su vejez.

¿Cómo llevarse bien con la vejez?

Para poder tener una buena actitud frente a la vejez de cada uno, un estudio recomienda estos cambios de hábitos:

    Reducir la ansiedad: uno de los males más comunes. Se recomienda controlarla y reducirla, esto puede beneficiar en nuestra calidad de vida ya sea con la meditación, leer el diario o libros e interiorizarse sobre el estoicismo, filosofía que busca potenciar las emociones y pensamientos que son positivos y reducir los que no lo son.

    Buscar y tener un propósito: debemos buscar un objetivo o una meta a llegar, para poder sentir que el resto de tu vida tiene sentido y seguir viviéndola. Puede ser tocar un instrumento, adherirse a una causa, aprender a cocinar distintas comidas.

    Socializar: algunos estudios demuestran que mantener y generar el contacto social estimula a la mente para permanecer activa y ocupada, y reduce la baja autoestima.

    Encontrar trabajo: este tipo de actividad activa y mantiene habilidades como la resolución de problemas, realizar tareas simultáneamente y demuestra que aún somos valiosos para el resto de las personas.

    Rechazar los prejuicios: la idea de socializar puede ser frenada al pensar que no podemos hacer amigos por nuestra edad, es un prejuicio y una barrera que limita la buena actitud.

Lo cierto es que hay cuestiones no mencionadas, como son la actividad física, alimentación equilibrada y la construcción de buenos y sanos hábitos sociales y culturales, que también afectan las cuestiones genéticas y de salud, que van determinando el estado corporal y mental. Por mi parte, aunque no lo pienso, voy por ese camino de hábitos y costumbres, sin embargo, el vértigo de la actualidad y lo cambiante de las cosas, son factores fuera de mí que no puedo controlar, y por eso, tampoco puedo predecir una vida como la de mis abuelas.